El sangrado en impresión, cuando hablamos en el ámbito profesional, es un término que hace referencia a esa área adicional que se agrega al diseño de un documento o de una imagen para asegurar que no haya bordes blancos o espacios en blanco no deseados una vez que se haya impreso y recortado.
Y es que cuando un diseño se imprime puede dar lugar a pequeñas variaciones tanto en la alineación como en el corte del papel. ¿Qué ocurre si el diseño no tiene sangrado? Pues que si los textos y/o imágenes terminan justo en el borde puede que se generen márgenes blancos alrededor, ya que es complicado conseguir una alineación perfecta.
Para solucionarlo solo hay que agregar un sangrado al diseño. A continuación, te explicamos mejor en qué consiste, los motivos principales por los que se emplea, cuánto se deja en impresión y cómo agregarlo.
¿Por qué del sangrado para imprenta?
El sangrado es importante sobre todo en diseños que contienen imágenes, colores u otro tipo de elementos que llegan hasta el borde del documento. Si quieres que los elementos se puedan imprimir en su totalidad, hay que agregar sangrado, para asegurarte de que no haya espacios no deseados alrededor del resultado final.
Por lo tanto, el sangrado se utiliza en imprenta para garantizar que el diseño se imprima completamente sin dejar espacios vacíos no deseados. También proporciona un área de “seguridad” alrededor del diseño para tener una alineación precisa al recortar el papel. En caso de que el diseño se mueva un poco o no se corte correctamente, permanece bien alineado.
En relación con el proceso de corte, el sangrado facilita este trabajo, ya que ese espacio adicional da más margen de maniobra para cortar sin riesgo a estropear parte del diseño. El resultado es profesional, limpio y se realiza mucho más rápida la entrega del pedido.
Por último, el sangrado es útil en aquellos proyectos en los que hay que dar un acabado especial, como barnices o laminados. Al contar con esta área adicional en los bordes, se facilita la opción de aplicar recubrimientos o realizar cortes especiales como, por ejemplo, esquinas redondeadas.
¿Cuánto se deja de sangrado para impresión?
El espacio que hay que poner a modo de sangrado puede variar dependiendo de diferentes factores, aunque se recomienda agregar entre 3 y 5 mm de sangrado en cada lado del diseño. La capacidad de la máquina, la tolerancia de corte de la imprenta o las características del proyecto son algunos de los aspectos que hay que valorar antes de realizar el trabajo.
Para que haya una homogeneidad en el proyecto de impresión, el sangrado debe estar presente en todas las páginas. Además, hay que revisar que los elementos imprescindibles del diseño, por ejemplo, logotipo, estén dentro del espacio dentro del límite del sangrado.
¿Cómo se añade el sangrado a un documento?
Para agregar sangrado a un documento de impresión hay que hacerlo desde el programa de diseño que se vaya a emplear. Puede añadirse tanto cuando el proyecto todavía no se ha creado como en el documento ya existente. Hay que establecer las dimensiones finales del documento según los requisitos de impresión y especificaciones de corte y comprobar que los elementos importantes están dentro del área segura.
Si alguna parte del contenido va más allá de estos límites, hay que reajustarlos para que no estén cerca del borde. Al guardar el documento, hay que incluir las marcas de corte antes de llevarlo a la empresa de impresión.
¿Tienes que realizar un trabajo de impresión? Como hemos visto, el uso del sangrado en imprenta es fundamental si quieres garantizar que resultado del diseño se vea como se espera, es decir, sin bordes blancos no deseados y con una alineación precisa.
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